¿Cómo se estructura mi factura de electricidad?

Como consumidor eléctrico, hay dos posibilidades: ser cliente con tarifa regulada (el Precio Voluntario al Pequeño Consumidor, o PVPC, solo disponible para aquellos consumidores con potencias contratadas inferiores a 10 kW) o tener contrato a precio libre. Actualmente, hay alrededor de 29,3 millones de puntos de suministro, de los cuales casi 18 millones están en el mercado libre (un 60%). La factura de la luz se divide en una parte variable (alrededor del 30%) y la parte fija (casi un 70%). En esa parte variable se incluye el precio de la generación de energía y el consumo que hace cada cliente. En la parte fija hay una amalgama de peajes, primas e impuestos, pesando estos últimos un 25%.

 

 

¿Cómo se fija el precio de la luz (de forma sencilla)?

El mercado mayorista o ‘pool’ eléctrico es el punto donde los actores negocian cada día la compra y venta de energía para satisfacer las necesidades de electricidad para cada hora del día. Se llama ‘pool’, piscina en inglés, porque cada generadora de energía “vierte” sus ofertas a este mercado desde cada una de sus plantas (centrales nucleares, hidráulicas, ciclos combinados, renovables…) para dar respuesta a la demanda que se estima que producirá al día siguiente. Primero entran al ‘pool’ los proveedores que ofrecen energía más barata y se van cubriendo los megavatios de demanda prevista con el resto de tecnologías. Lo más frecuente es que entre primero la energía nuclear -porque es más caro detener la operación y volver a arrancarla que hacerlas operar de forma contínua, así que es habitual que oferten su energía a coste cero El proceso de ‘casación’ de oferta y demanda se cierra al precio de la última tecnología que entre en el ‘pool’ y es la que define el precio marginal que recibirán todas las demás que también participen en el mix de ese día. Así, para una jornada pueden entrar en distinto nivel energía nuclear, hidráulica, renovables de distinto tipo o carbón y ciclos combinados. El operador del mercado, Omie, es el encargado de ordenar las ofertas recibidas de menor a mayor precio (con un límite de 180 euros/MWh). Por ejemplo, en España, este domingo 9 de septiembre la tecnología que más ‘inyectó’ al mercado fueron las renovables, seguidas de la nuclear y el carbón. Además, una porción de la demanda se cubrió con energía procedente de centrales hidráulicas. De media, el precio medio de la energía fue de 72,09 euros. La gran hidráulica y las térmicas suelen ser las tecnologías que marcan el precio de mercado. Las renovables son ya famosas por abaratar considerablemente el precio en el mercado: cuanta más demanda cubren, menos espacio dejan a las tecnologías más caras. De ahí el pretendido impulso por ampliar la producción ‘verde’ -con nuevas plantas de generación eólica, fotovoltaica y de otras tecnologías-, así como para lograr objetivos de reducción de emisiones al utilizarlas para sustituir a las energías fósiles.